"No entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela"
Albert Einstein

martes, 11 de enero de 2011

Escabiosis

La sarna o escabiosis es una ectoparasitosis causada por el ácaro Sarcoptes scabiei. Es una enfermedad de distribución mundial cuya prevalencia real se desconoce pero que podría llegar a los 300 millones de afectados en el mundo. Presenta dos formas clínicas; la sarna típica o común y una forma más grave conocida como sarna noruega, costrosa o hiperqueratósica.

La hembra de este ácaro excava túneles en las capas más superficiales de la piel (que utiliza como alimento), copula con el macho en la zona más superficial y luego profundiza el túnel para depositar sus huevos. El número aproximado de ácaros en un paciente infectado de sarna común es de unas 7-15 hembras. En el caso de la sarna noruega pueden existir millones.

La transmisión tiene lugar por contacto físico muy estrecho y resulta ser una enfermedad muy contagiosa. Los signos de la enfermedad son la aparición de surcos acarinos, pápulas eritematosas y prurito generalizado, normalmente por la noche, y que se ve exacerbado tras un baño en agua caliente. Las lesiones suelen encontrarse entre los dedos de las manos, la zona de flexión de muñecas, codos, rodillas, axilas, área genital, zona periumbilical, línea de la cintura, nalgas y bode de los pies. En niños suele aparecer en axilas, cabeza, cara, palmas de manos, plantas de  los pies y regiones del pañal.


En el caso de la sarna noruega, esta comienza a manifestarse como la sarna común pero apenas hay prurito o no existe. Los surcos generados por el ácaro se vuelven hiperqueratósicos y la piel adquiere una apariencia eritematosa. El enfermo presenta una erupción generalizada, descamativa, con zonas de piel engrosada en manos, pies y zonas de flexión de las extremidades. Las palmas de las manos y los pies están engrosadas y fisuradas. La sarna noruega se tiene lugar en individuos con alteraciones en el sistema inmune…infectados por el VIH, pacientes con terapia inmunosupresora, diabetes, malnutrición, enfermedades reumatológicas, etc…


Por último comentar que hay varias especies de Sarcoptes procedentes de animales que pueden sobrevivir en la piel humana; pero que no se reproducen en ella, de manera que sería una infestación autolimitada. Únicamente el hombre es reservorio de la especie Sarcoptes scabiei.

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