Ya llega el buen tiempo y aumentan las temperaturas. Durante este periodo suelen escucharse en la televisión o leerse en la prensa casos de una enfermedad (la Legionelosis ) causada por una bacteria denominada Legionella pneumophila.
Se trata de un bacilo con flagelo, Gram negativo, que viven en el agua y que presenta un óptimo crecimiento entre los 35 y 45ºC favorecido por la presencia de materia orgánica.
Existen muchas especies (y serotipos) de bacterias del género Legionella; pero la mencionada anteriormente es la más importante puesto que da lugar a dos formas de enfermedad muy conocidas: la Enfermedad del Legionario y la Fiebre de Pontiac.
En ambos casos la enfermedad se contrae por inhalación de aerosoles; pequeñas gotitas de agua que tienen en su interior a la bacteria. No se transmite de persona a persona.
En general son los adultos de mediana edad, las personas mayores, personas fumadoras y aquéllas con deficiencias en su sistema inmune las que se ven más afectadas y en las cuales la enfermedad cursa de manera más grave.
En el caso de la Enfermedad del Legionario tiene lugar una neumonía con fiebre, tos, dolores musculares, dolores de cabeza, cansancio, pérdida de apetito, etc. Entre el contagio y la aparición de estos síntomas cursan unos 2-5 días. Se trata de una enfermedad grave, con tasas de mortalidad que pueden llegar al 30%. El tratamiento de la misma se realiza con antibióticos.
Si queréis conocer algo más sobre la normativa en España y las medidas de control y prevención podéis pinchar aquí.
Por último, comentar que todos podemos encontrarnos expuestos a esta bacteria en momentos de nuestra vida y que ello no implica que tengamos que contraer necesariamente la enfermedad; así que, como siempre, precaución pero no alarmismo.
No ha sido un post muy largo pero es que estoy desentrenada; ya que, como siempre, he dejado mucho tiempo desde la última vez que escribí una entrada. Os pido perdón.